Escrito publicado en la revista de la Semana Santa del presente año. Lo publico aquí por si es de vuestro interés. Gracias.
75 AÑOS CON LA AMARGURA.
Hermanos,
en este 2018 se cumplen 75 años desde que llegó a la Hermandad de Nuestro Padre
Jesús Nazareno, vulgo, “Los Moraos”, la bendita imagen de María, bajo la
advocación de la Amargura. Fueron las manos del insigne imaginero sevillano D.
Antonio Illanes, quien tallará a la Dolorosa de la madrugá del viernes Santo de
Guadalcanal. Hay tantas descripciones de la Amargura, como amarguros, teniendo
cada uno de ellos una percepción particular acerca de la Virgen.
Durante
estos años han pasado, bajo las trabajaderas de Nuestra Señora, una larga lista
de personas, algunas siguen entre nosotros, otros se marcharon con Ella
deseosos de contemplar la belleza madura de una madre compungida y rota por su
hijo. Aquellos primeros hombres se
calzaron una almohadilla para cargar sobre sus hombros a, en muchos casos, una
Virgen desconocida para ellos. Hombres humildes y servidores. Hombres de la
tierra pero también hombres de fe y costaleros primitivos que portaban sobre
sus cansados hombros a las imágenes de Jesús y María durante la Semana Santa
para llevar un jornal a casa. De aquello solo quedan viejas fotografías que
inmortalizaron el momento; añejas crónicas escritas con tintero y pluma sobre
un papel amarillento por el paso del tiempo y testimonio oral de los hermanos
más veteranos del lugar.
En
estos 75 años, el legado de costaleros y
capataces de la Amargura han contribuido a forjar un sinfín de historias
personales girando en torno a la Ella. Vivencias costaleras que se escriben en
el corazón de aquellos amarguros de antaño, que sin saberlo han dejado para la historia este modo de entender la
cofradía en la calle. Capataces con solera, hijos de su tiempo que hicieron lo
que estuvo en su mano para llevar con honra el bendito nombre de Amargura.
Desde Adriano o Serrano, pasando por Rafael
Rius, Paco Matrana hijo o Cándido Rincón por citar algunos, se juntaban todas las
cuaresmas en noches frías y serenas teniendo como lugares de encuentros
emplazamientos tan dispares como la recordada cochera del None en la Morería, el
postigo del añorado Jaime Rivero hasta recalar en 1996 en la actual Casa de
Hermandad. Aquellos muros, hoy solitarios, acogieron una buena generación de
amarguros que hoy son padres cuyos hijos, sobrinos o nietos van bajo el manto
de la Virgen cada amanecer del Viernes Santo. Pura herencia costalera, sangre
morá y blanca recorren sus venas y laten al compás de una marcha fúnebre por
las esquinas de la memoria de los tiempos.
Mucho
ha cambiado el pasopalio de la Virgen en estas décadas. Tirando de hemeroteca
podemos apreciar que el primitivo estaba compuesto por unas sencillas y
pequeñas andas en la que se entronizaba a la Amargura aún sin ser acompañada
por el discípulo amado, San Juan Evangelista, llegaría en el año 1954 para
mitigar el trance más amargo de una Madre y acompañar su pena por la vía
dolorosa que en Guadalcanal busca los cantillos arriba para después subir
nuestro particular camino hacia el Gólgota.
Años
más tarde la Hermandad adquirió el palio
granate procesionando durante décadas hasta que, a finales del siglo pasado y
principios de los dos mil con el esfuerzo de las juntas de gobierno,
colaboradores y devotos pudieron hacer realidad un sueño en forma de palio
bordado para la Amargura y que hoy podemos disfrutar cada mañana Viernes Santo por las calles de Guadalcanal.
Un altar remozado bañado en plata y bordado en oro para realzar y dignificar a
la Virgen que cumple 75 primaveras y que sigue derramando, como el primer día,
ese llanto desconsolado a la par que la belleza y unción sacra que evocan tu
Amargura.
Vivamos
con gozo y devoción esta efeméride acercándonos a la Virgen cada día de este
año.
Dios te Salve María, Amargura en Santa María,
ruega por nosotros tus hijos amarguros y danos tu amparo y protección en las
noches más oscuras. Mantennos firmes en la adversidad, Santa María Madre Dios haz
tu voluntad y líbranos de todo mal. Amen
A los costaleros y capataces de
ayer y de hoy. A los que vendrán y buscan la fe en la mirada de la Virgen. Por
ellos, somos hoy.
José Antonio Zújar Chaves.
Enero de 2018.
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