viernes, 10 de abril de 2015

Otra madrugá con la Amargura. Madrugá, el alba y la mañana

Son las 10.20 de la mañana del Viernes, 10 de abril. Empiezo a unir ideas, recuerdos y sentimientos vividos. Si echamos la vista siete días atrás, en ese preciso instante el pasopalio de la Amargura arriaba definitivamente en el frío mármol de la Parroquia con la satisfacción de acompañar, un año más, a la Reina de la Madrugá. "Que nos dé salud para poder estar el año que viene" decían los ojos llorosos de aquella nazarena, o de cualquier mirada que se perdiera buscando la de Ella.

Ahora sí. Viajamos para trasladarnos al viernes 3 de abril. Santo Viernes marcado en rojo en nuestro calendario particular. Las campanas del reloj de la plaza marcan las cinco y media de la madrugada. Aún está la noche cerrada. La luna de nisan  está baja, como queriendo ser espectadora de lo que está ocurriendo en ese instante en una plaza de España, a oscuras, rebosante de gentío. 

La silueta de Padre Jesús se adivinaba con la ayuda de los flashes de las cámaras fotográficas, reflejando su silueta en las fachadas de las casas colindantes de la Plaza. Sonaba la marcha "La Saeta", y el paso del Nazareno avanzaba sin mirar atrás perdiéndose entre la muchedumbre.

"Señores vamos" escuetas palabras del capataz que marcaban el principio de nuestra particular madrugá con la Amargura. Salen los primeros nazarenos blancos con su elegante capa morada. Todo tiene un porque, una simbología detrás. Nada se deja a la improvisación. La Amargura brillaba como nunca entre sus bordados de plata de su terno, su puñal rocallesco regalado por tus hijos costaleros con motivo del setenta aniversario de su hechura y elaborado por las manos de uno de ellos, aquel que marca el pulso del corazón en esas cinco horas de Amarguras.

Suena el llamador. Antonio llama a Juan. Éste contesta: "Escúchame Antonio, va por los corazones amarguros, amarguros puros somos los que quedamos aquí a la vera de Ella". Replicando Antonio, "va por ellos...A esta es". Golpe seco de llamador. Primera levantá. La Amargura empieza su caminar. Solo suena el racheo de las zapatillas al pisar el suelo parroquial. "Pararse ahí". Nos salimos de debajo del paso. Hay que quitar los zancos para poder salir a la calle. El paso ya esta encarado. "Repartirse  alrededor de los costeros" .Irse para la trasera hombre que falta gente". "Cada patero con su pata" . Se levanta el paso a pulso. Se le quitan los zancos y arriado de nuevo. A los pocos segundos, llama el capataz "vámonos muy poco a poco para la calle. Empujad los de atrás despacio, y los que estéis aquí delante hacer una mijita de fuerza para retener el paso y que no vaya brusco". En este intervalo de tiempo, corto pero intenso, viene el tercer pellizco al alma. Miras un instante la cara de la Amargura. La tienes a la altura de los ojos cuando el paso está sin los zancos. "Que todo salga bien" piensas sin decirlo en voz alta. Ella lo sabe. 


Poco a poco el paso va saliendo a la calle. Se levanta para poner los zancos. "Izquierda alante está, atrás también, derecha alante también. Abajo con el". Otra vez bajo tus trabajaderas un lugar privilegiado en cualquier cofradía. Aquí la devoción se toca con las manos, se ve, se intuye se siente. Empieza a sonar los primeros compases de "Amarguras" poema sinfónico hecho música. El paso aún está arriado. El capataz ordena que la levantá sea al cielo. La marcha sigue sonando. El palio comienza su discurrir. El gentío premia el trabajo de la cuadrilla con unos aplausos que vienen de perlas para seguir empujando. "No quiero movimientos de rodillas, finito y suave como ustedes saben hacerlo venga muy despacio"  indicaba la voz de Juan a sus compañeros.  Se para el paso.  Se vuelve a llamar y "a pulso, que no quiera subir". "Que no se  rompa el aire templado de está madrugada". Suena "La Madrugá". De repente, desde abajo,  a la voz de Juan  diciendo "oído vámonos" el palio empieza a dejar atrás la plaza.

Se empiezan a dedicar las levantás. Dichas dedicatorias nos dan fuerzas, así como, pedimos  que la Santísima Virgen interceda por los protagonistas de dicha dedicatoria. Va por la abuela de uno de los costaleros, por el hermano de otro, por el amigo que se fue al cielo, por José Abel, costalero amigo nuestro que cumple  veinte madrugadas junto con la Amargura, por Serrano, antiguo capataz en los inicios que está aquí con nosotros, nos acordamos también de Adriano que ya está pasando lista para igualar en la cuadrilla eterna de la Amargura de los cielos,  por las madres "El que la tenga que la cuide y el que no que se acuerde de mucho de ella", frase grabada a fuego y cuyas palabras salen cada madrugá de la boca de uno de los capataces Eduardo, por el costalero de Cazalla que no pudo continuar por sus problemas de rodilla, por los veteranos, por los nuevos, por nuestros mayores y sus cuidadores, por los hijos de nuestros costaleros,  por aquellos que se asoman desde el balcón de los cielos. 

Empieza a amanecer. El horizonte nos trae ese sol mañanero que anhelamos hace no tantos años. El palio ya dejó su impronta por la vieja fachada de la Concepción. Vamos buscando los viejos cantillos para vivir uno de los momentos más emotivos de nuestra Estación de Penitencia. La oscuridad de la noche dejo paso a la claridad del alba, entre dos luces nos situábamos, andando como hay que andar por la calle costaleros revirando con "Valle de Sevilla" y así encarar los famosos cantillos. Relevo en el Pub Julito. Empieza el hormigueo Cuarto pellizco. Toca subir Granillos. Toda una responsabilidad y privilegio a la vez. No hay miedo. Debajo hay fuerzas. Venga esa trasera buena  que sois puntales de María Santísima de la Amargura. Levantamos al cielo. El pasopalio anda de frente con un paso mas largo de lo normal. Aviso de la Banda de Albaida. Viene marcha. Suena "Nuestro Padre Jesús" para empezar a dar la revirá de Andrés Mirón con Granillos. "Esa derecha alante esa izquierda atrás" espetó Eduardo, "despacio costalero, eso es valiente, sois los mejores". Terminada la Revirá seguimos avanzando por Granillos, el palio va en volandas. 
La gente de abajo es un hervidero de frases, de ánimos uno para con los otros. Emoción para que no decaiga el paso en está chicotá eterna. "Vamos Pepe, un poquito más Zújar no te llames más, venga Paco Cantero, Saúl, Parrón que nos se venga abajo empujamos con los brazos, ole los costaleros con solera Morci, Migue, Cantero Padre, Paraka corazón que pasamos a la vera de tu casa, Juan Cantero hijo ya estamos llegando valiente un poquito más miarma, vamos acercar a la Virgen a aquellos que están viendola un año más desde el balcón del cielo, ellos son los que dan fuerzas para subir esta cuesta. Hay que seguir Prieto. Venga de frente Roque, Cándido, Poe, Josa, los nuevos de Cazalla, Oliva, Joaquín, Mantrana, por todos los que vais debajo, Antonio, Chasquito, Germán, Isco, todos a una" 
Suena "Virgen de los Estudiantes".Seguimos subiendo con frescura Granillos, santo y seña de esta Cofradía por lo que representa. Se para el paso a la altura de la calleja. Descanso merecido. "Bien trabajao señores, ole los costaleros buenos" decían  los capataces. Agua un trago de agua...Suena "La Estrella Sublime", para la Estrella de la Mañana, Amargura, para después seguir con "Amargura en tu amanecer" composición realizada por José Ignacio Caballero, músico de la Banda de Guaditoca, devoto de la Amargura y que está dedicada al XXXV aniversario de la Cuadrilla de Hermanos Costaleros de la Amargura. Fue interpretada en la revirá de Granillos con Espíritu Santo. 

El sol ya entraba de lleno entre los huecos de los respiraderos del paso. Las nubes de incienso perfumaban la mañana. Las golondrinas iban y venían. Los monaguillos repartían caramelos y alegría a los presentes. Revirá de la calle López de Ayala con Mesones. Suena "Mi Amargura" repitiéndose una vez más puesto que alargamos la chicotá hasta el Bar España. "Buena mano señores" decía un costalero mítico. 

Son las 9  de la mañana aproximadamente. El Paso se encuentra parado al principio de Santa Clara justo enfrente de la Puntilla. La Amargura dispuesta para realizar su visita a los mayores de nuestro pueblo para que le recen y le pidan salud para que el año que viene vuelvan a estar presentes. Suena la marcha "Macarena". Perfecta para llegar a la Residencia. Allí están sentados con sus mantas. Sus rostros reflejan la sapiencia de toda una vida. Cuantas lecciones nos pueden dar estos mayores. Sus ojos cansados por el paso del tiempo parecen que brillan un poco más al ver la Virgen en su Amargura. Todos pendientes de Ella. Sus cuidadores lo tienen todo apunto. Toma la palabra Joaquín y José, "cuanta verdad es sus palabras" comentamos. "Va por nuestros mayores y sus cuidadores" Se escapa alguna lágrima que otra aquí abajo ¿Verdad?. Primeros compases de la marcha "La Sangre y la Gloria" que evoca el paso de la vida, juventud, madurez y vejez. No hay más que decir. El manto del Palio despide a los mayores "hasta el año que viene si tu quieres" como bien dice José.

Miramos el reloj. "Esto se nos va señores, hay que darlo todo ahora, que el año es muy largo", susurraba alguien de las trabajaderas traseras. Subimos el Palacio, para llegar a la puerta de la Sacristía.Último relevo.De fondo se escucha que Padre Jesús ya entró. El paso levantá al cielo. "Aquí hay que morir ya esto es para nosotros" De nuevo empieza a sonar a  "Amargura en tu amanecer", para el principio de un epilogo de una madrugá que se nos escapaba de las manos. Se escuchaba a Juan con la voz entrecortada " despacio vamos a disfrutar lo que nos queda, no tenemos prisa, vamos a poner el corazón en el palo siempre de frente". Empieza a sonar "Amarguras", todo para ella. Las caras de los que presencian el momento lo dicen todo, y te preguntas ¿por qué yo? Quieres alargar ese momento, que sea eterno, que no se acabe nunca y la realidad es bien distinta. Cada vez más cerca de la puerta de Santa María, ya se empieza a ver. Estamos asistiendo al final de una madrugá con mucha satisfacción en lo vivido. Sigue sonando la marcha por la repetición final. El Palio encara la balconada de la familia Gallego y andamos una pizca para atrás. "Abajo con el" manda el capataz.


 Nos salimos del paso. Primeros abrazos. Emoción contenida. Todavía hay que posarla en su lugar de la Parroquia. Misma operación que a la salida. Y de nuevo ese pellizco, no recuerdo cuantos van. Mirar tu cara frente a frente un instante, con la luz de la mañana. Ya cambio tu cara. Se secaron las lágrimas pero sigues compungida en ese rostro de mujer madura. Unción. Poco a poco nos introducimos en la penumbra de la Parroquia. Sigue sonando "Amarguras". Última levantá  y que sea la primera del año que viene al Cielo, por los costaleros buenos. Eduardo llama. Juan contesta. Emoción. Se nubla la vista y FUERTE ARRIBA. Paso atrás. Ahí queó. Derecho abajo. No quiere bajar. Lo demás es emoción...por que EL SENTIMIENTO SE LLAMA AMARGURA.

GRACIAS A TODOS LOS QUE LO HICIERON POSIBLE, SIN USTEDES ESTO SERÍA UN PAPEL EN BLANCO Y VACÍO DE CONTENIDO. 

jueves, 9 de abril de 2015

Otra madrugá con la Amargura. Momentos previos.

Todo ocurrió durante las primeras horas de la madrugada del 3 de abril. La Luna de Nisán o Parasceve, casi dos mil años después, sigue siendo testigo privilegiado de los acontecimientos. Eran las 03.00 de la madrugada. Respiras hondo. Miras la estampa vieja que te dio hace años uno de los tuyos. Primer pellizco en el  "sentío". Coges el costal que, desde la tarde, tu madre con sumo cuidado dejó preparado en la cama de tu habitación. Sales de casa. Alzas la mirada al cielo. Raso, ni una nube. Brilla en plenitud la primera luna llena de primavera. Te santiguas. Pones rumbo al lugar de citación.Cuando llegas  allí estaban fieles a Ella y la devoción que llevan a gala. Primeros saludos. "Ya si que si" comentábamos.

Ni una voz más alta otra. Charlas tenues. Huele a café recién servido. "Vamos señores vayan haciendose los costales" indica uno de los capataces. Despliegas el costal, lo doblas con sumo cuidado de un lado y de otro. Centras la morcilla. Comienzas a dar las vueltas de rigor. Todo tiene que estar preciso. Terminas. El compañero con la mirada te dice "Kiyo ¿hazme el costal no?" vamos al lío..
Se hacen corrillos. Cada uno haciendo lo que tiene que hacer. Costales y ajustando la faja a los compañeros. El ritual de cada año se cumple. Tú me tiras de la ropa. Me buscas y tengo el honor de tirar la ropa del costalero que desde abajo con sus palabras nos vuelca el corazón en esas cinco horas. Todo dicho. "Finito y suave" .

El tiempo parece tener prisa. Son las 04.00 de la mañana. Ya estamos todos los costaleros amarguros. Se hace un circulo entorno a los capataces. Éstos dan sus ánimos correspondientes a su cuadrilla, arengan a los costaleros para que todo salga como tiene que salir, ni más ni menos, Repartidos los relevos, vamos al encuentro de Ella,  de la Amargura. Alguien susurra, "nos está esperando entre la oscuridad de la Iglesia".

Allí está la Amargura  presidiendo su pasopalio Un ascua de luz anaranjada brilla entre la penumbra silente y de oración de la Parroquia. Nunca estuvo sola. Juan el discípulo amado, agarra su mano para que no desfallezca al ver la pasión de su hijo, que por esta tierra Padre Jesús se llama. 

Segundo pellizco al contemplar su cara. ¿Eres capaz de aguantar su mirada? Rezas para ti y para ella, o mejor dicho hablas con Ella. Das gracias y pides. Te das la vuelta.  Vas de un lado a otro para hacer tiempo, básicamente aunque siempre tu mirada busca la de la Amargura. "Venga señores es nuestro día vamos a disfrutarlo que el año es muy largo" comentábamos algunos. Repartes algunas estampas que hiciste hace unos días con ese amigo tuyo que siempre está ahí.

Las caras de los chavales nuevos al ver todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor lo expresaban todo. Asombro por un lado y ganas muchas ganas, me pareció verles en sus rostros que por vez primera vivían una madrugá en Guadalcanal.

De repente un estruendo rompe el silencio. Se descorre la cerradura. Se abren las puertas. Sale la Cruz de Guía tras de ella dos regueros de nazarenos morados siguen su camino. "Son las cinco , es la hora" como decía aquel mítico pregonero. El paso de Nuestro Padre Jesús encara la puerta de Santa María y comienza a salir al encuentro del gentío oriundo y foráneo que aguarda desde hace rato la salida de la Cofradía.

Mientras tanto la Parroquia se va quedando sola. ¡Miento!, no esta sola, están sus nazarenos, sus devotos más fervientes y alguna que otra ausencia física. Siempre en el pensamiento. Los costaleros levantan el faldón de terciopelo. Se despojan de sus sudaderas. Se la anudan a la cintura. Se ajuntan el costal y "pá dentro" Te aíslas de todo. En tu mente solo, grabado a fuego, un nombre Amargura. Y que salga todo como Ella merece, Concentración y algún recuerdo vago de tu primera vez. Sabes que cuando el capataz dé los tres golpes al llamador, llame a Juan y éste conteste ya estará empezando a pasar y sabes que todo pasará en un suspiro como así fue.

Continuará...