lunes, 20 de enero de 2014

1943-2013. LXX Aniversario de la Amargura de Guadalcanal.

Hace unos días el hermano y amigo José Antonio Zujar tenía el detalle de recordar uno de los actos que marcaron en la memoria de nuestra familia morada el pasado año 2013, él tuvo el privilegio de presentar dicha entrega y nosotros fuimos unos afortunados una vez mas al escuchar sus tan sinceras palabras.

A tenido el detalle de dejar en este nuestro espacio aquel escrito que con tanta ilusión elaboró para aquella cita inolvidable, por lo cual se me a ocurrido  hacer publica la memoria y descripción de dicha obra.




Introducción


Se ha llevado a cabo la realización de un puñal de metal, predominando el plateado sobre el dorado, con apliques de pedrerías semi-preciosas para una dolorosa de cortejo fúnebre, lo cual hemos buscado en la creación de este la máxima seriedad y respeto, intentando transmitir el silencio que suponen las dolorosas de estas características.

Un puñal es el símbolo que representa los dolores de la Virgen María por la Muerte de su Hijo y que se coloca a las Dolorosas a la altura del pecho, este símbolo está basado en el siguiente pasaje bíblico;

Simeón el Justo fue un anciano contemporáneo de Jesús de Nazaret. Aparece en el Evangelio según San Lucas (Lc 2, 25 - 35), cuando Jesús, recién nacido, es llevado al Templo de Jerusalén para ser presentado al Señor. Simeón de quien el citado evangelio señala que era «justo y piadoso y esperaba la consolación de Israel» (v. 25), señalándose además que poseía un espíritu profético ya que «le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor» (v. 26). Al entrar Jesús en brazos de sus padres, se acercó al niño y le dedicó su famoso cántico, llamado por la Iglesia Nunc Dimittis:
Ahora, Señor, tu promesa está cumplida: ya puedes dejar que tu siervo muera en paz. Porque he visto la salvación que has comenzado a realizar ante los ojos de todas las naciones, la luz que alumbrará a los paganos y que será la honra de tu pueblo Israel.
También profetizó a María, la madre de Jesús:
¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!

Lc 2, 29-32


Fundamentación



El tipo de puñal realizado, encajaría perfectamente en el estilo barroco/rococó ya que define un estilo con marcados movimientos, contrastes, curvas y roleos. Se basa principalmente en una decoración ornamental floral. Tanto su empuñadura como sus partes laterales guardan un ritmo que entorna al perímetro principal de la obra, estas en metal plateado. Exceptuamos la cartela central que está marcada por una ráfaga en metal dorado, evocando los rayos de sol, que a su vez hace referencia a la mañana de viernes Santo.

Para darle la máxima luminosidad posible hemos colocado cuatro piedras semi-preciosas, una de inferiores dimensiones en la empuñadura y las otras dos en sus partes laterales, por ultimo la de mayor tamaño, ovalada, en la parte central, siendo esta arropada por la ráfaga dorada.

El color de dichas piedras es el azul marino, ya que tiene la peculiaridad que cambia de color según las luces del día, haciendo referencia a la penumbra de la “madrugá” y convirtiéndose en aguamarinas al salir la mañana, esto hace recordar a las primeras luces del amanecer más doloroso.
Por la parte de atrás no tenemos que destacar nada, solo citar dos puntos;

1.- La tuerca roscada de cogida a la ráfaga, como es lógico es exenta, para facilitar su limpieza, es recomendable no quitarla salvo situaciones extremas. En caso de su desmontaje no apretar demasiado, ya que podremos deforma su ovalo central.

2.- El alfiler que servirá de cogida a la imagen dolorosa, llevándolo en forma de L arrancando por el centro y sobresaliendo un par de centímetro por la cuchilla, una vez que este colocado el alfiler no ha de verse porque ira debajo de las vestiduras de la imagen.

Del estilo, se dice que el nombre proviene del portugués, y que significa perla negra e irregular, en el arte de la orfebrería. Aparece en los siglos XVII, pero fue más tarde, en el XVIII, cuando cobra importancia entre los artistas, orfebres, escultores, arquitectos y pintores famosos.

Lo más importante es que el término de barroco define un estilo diferente al que se conocía hasta entonces. El barroco es la continuación al manierismo italiano que prevalece durante la primera mitad del siglo XVI. Si el manierismo comienza a usar los cánones clásicos con artificiosidad, el barroco que le sucede abandona la serenidad clásica para expresar un mundo en movimiento y agitación de los sentidos. Por tanto, la tendencia del barroco es a la exageración y la ostentación.

Se suele decir que el Arte Barroco es el arte de la Contrarreforma. Para reaccionar contra la severidad e iconoclastia del Protestantismo, la Iglesia Católica alentó la edificación de templos con profusión de escultura.

También dirigió a los artistas a alejarse de los temas paganos que tanta aceptación tuvieron durante el Renacimiento, así como evitar los desnudos y las escenas escandalosas.

Tanto en las artes visuales como en la música, la influencia de la Iglesia sobre los artistas iba dirigida a emocionar y enardecer la devoción mediante estímulos psicológicos.

Estas normas aparentemente conservadoras y austeras derivaron, sin embargo, en este arte suntuoso y recargado que llamamos Barroco.

Por la diversidad de sus formas, existen varias clasificaciones, desde las europeas, hasta las novohispanas. De las primeras se dice del barroco antiguo, el clásico, y el tardío. Las corrientes históricas de la arquitectura, ubican a Italia clasicista como la cuna del, barroco con columnas en forma de tornillo, denominada salomónica. El barroco sobrio con columnas acanaladas, divididas en su fuste en tres partes, como tritóstilas y las columnas estípite o churriguerescas de los retablos y fachas novohispanas.

Los especialistas identifican las propuestas barrocas por las características de las formas propuestas en diferentes países, como el barroco italiano y el romano típicas del renacimiento. El francés, el español, el inglés y holandés, propuestas de gran imaginación y exuberancia, hasta desembocar en el rococó.


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