lunes, 5 de marzo de 2012

30 noches....


La espera se hacía eterna. Parece mentira, hoy restan una treintena de noches para que el sueño de los despiertos se haga realidad. Los anhelos de todo un año se ciñen en esa noche-amanecer-mañana que es mágica, intensa, hermosa, de recogimiento, penitente, devocional y un sin fin de calificativos que se escapan.


Cuando la luna de nisán luzca en el cielo de Guadalcanal, la Amargura ya estará pasando bajo ese palio tan perfecto acompañada del discípulo amado San Juan quien tiene el inmenso honor dar consuelo a la madre de Dios.

Pasará lo que tenga que pasar, sólo nuestra Madre nos tiene guardado ese momento y es sabedora de los acontecimientos que se den en el amanecer del Viernes Santo.

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