Parece que poca a
poco va llegando, se va acercando el momento, ese momento que uno
particularmente sueña con ello durante todo un año, no siendo fácil la espera …
pero más difícil es la previa que avanza a paso agigantado y lentamente a la
vez. Cuando la cuaresma se duerme,
cuando las primeras gotas de rocío empiezan a despertar nuestros sentidos,
despiertan las trabajaderas, las bambalinas, los costaleros, los nazarenos, los
músicos, las madres y los hijos, despiertan las calles y el silencio de la
noche enmudecida que paciente espera el despertar del nuevo día.
Son muchas las cosas
que se te pasan por la mente, recuerdos que te vienen de apenas siendo un niño,
dicen que el ser humano comienza a recordar cosas o momentos a partir de los
dos o tres años de edad, de ahí hasta que un buen día tuve el privilegio de ser
tu nazareno, iban pasando los años y ya
deseaba entrar en mi banda para poder tocar en la madruga, detrás de ese manto, y aprovechar en
las “revirás” para poder levantar la mirada y ver tu rostro dolorido, dejándonos
llorar contigo y ser testigo de ese
preciso instante que eternamente quedará grabado para la eternidad.
Pasaron unos años y por fin me convertí en tu costalero, no sé
cómo explicar lo que buenamente se siente, a día de hoy creo que el diccionario aun sigue teniendo
deficiencias para encontrar las palabras que puedan describir lo que se siente
cuando va llegando ese momento. Y pasan
y pasan los años y me sorprende a mi mismo que ese nerviosismo, ese cosquilleo
en la barriga cada año aumentan, la verdad que tendría que ser al revés, pero
es lo más parecido y lo poco o casi nada que puedo contar con mi pobre
vocabulario.
Ahora ya… apenas una semana nos separa de “La Muda” es un día muy especial, al entrar en la casa
Hermandad levantas la mirada para ver
ese conjunto artístico que sirve de altar en la calle, que da luminosidad a su
rostro y encuadra una pintura perfecta para cualquier pintor, ya piensas en
ella, piensas que está esperando en la iglesia para el recuentro con sus hijos
costaleros.
Y así, Esperando el momento …
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