Siempre es un placer, un orgullo, una satisfacción, un saber "sufrir esos kilos". Y sí es con parte de nuestra gente de la Amargura y de nuestra Madrugá la historia parece repetirse. El pasado sábado tuvimos el inmenso honor de portar sobre nuestro costal a la Madre de Dios cuyo nombre más hermoso y sencillo no cabe, Humildad, titular Mariana de la Real y Humilde Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de la Humildad radicada en la Parroquia Mayor de Berlanga.
El vínculo que nos une con esta querida Hermandad viene de la mano de los Hermanos berlangueños que cada Viernes Santo desde aquellas tierras acuden a nuestro Guadalcanal para seguir manteniendo viva la fe del Costalero, bien bajo las trabajaderas del Señor de Guadalcanal, Nuestro Padre Jesús Nazareno o bien, bajo el manto de su bendita Madre de la Amargura.
Por parte de nuestra Cuadrilla, estuvimos presentes Eduardo Ventura, como capataz titular, Juan Cantero "Canti", Juan Llano "Palaka" y un servidor llegados de Guadalcanal junto con al amigo Pedro Murillo que se estrenaba por estas lides costaleriles. Por otro lado, costaleros de María de la Amargura naturales de Berlanga y a la sazón miembros de la cuadrilla de la Humildad, José María Rico, Fernando, Jose Miguel Prieto (Azuaga), los Hermanos Chatos de Berlanga, El niño, Rafa Torrejón, Felipe, Juan Castellano "Isco", Harry, Joaquín Bustamante y Juan Gómez.
Por parte de la Cuadrilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, estuvieron presentes, Francisco M. García "Chesco" en calidad de Capataz (estrenándose este año en el martillo de la Humildad), su hermano Sergio García "Checho" estos también naturales de Guadalcanal. Por parte de Berlanga costaleros del Señor y de la Humildad, Oscar y Andrés Moreno.
La gloriosa Procesión se inicio pasadas las Diez de la noche y una vez concluida la Misa preparatoria oficiada por el Cura-Párroco de la villa de Berlanga. Minutos antes los miembros de la Hermandad obsequiaron a nuestro capataz Eduardo Ventura de un presente en forma de Llamador en agradecimiento por estos años de vinculación al martillo del Paso de la Humildad.
La Virgen de la Humildad se entronizaba bajo palio color buordeos y bordado en oro en su totalidad. La candelería estaba completamente encendida e iluminaba el bello rostro de María Santísima. Muchos fieles y devotos de la Virgen merodeaban alrededor del paso-palio durante todo el recorrido. Acompañó musicalmente la Banda Cristo del Amor proveniente de la ciudad de los Califas, Córdoba, interpretando marchas de corte "alegre" durante buena parte del recorrido. La guinda al pastel musicalmente hablando se puso en la última chicotá antes de entrar al Templo. Sonaba Amarguras en la quietud de la noche de verano. Solo se escuchaba las notas de nuestro Himno particular aderezado con el rumor de bambalinas que iba dejando el Palio a su paso. Un estampa perfecta y que sirvió de tributo a Nuestra madre de la Amargura que de una forma u otra también estuvo presente en nuestro pensamiento en aquel preciso instante.
Solo nos queda decir que estamos muy agradecidos por el trato recibido un año más.Esperamos volver el próximo año, que la Virgen nos dé salud y podamos disfrutar juntos de esta experiencia de fe entorno a María de la Humildad.